El Kabuki 歌舞伎
Barroco y popular <br>
El Kabuki es un arte dramático que ha existido desde hace más de cuatrocientos años.
Los orígenes de kabuki son vagos y discutidos. Se dice que en 1603 una tal Okuni, supuesta sacerdotisa del santuario de Izumo, se trasladó a Kioto para presentar danzas religiosas y sainetes. Ella se presentó vestida de hombre con ropas occidentales desafiando las primeras persecuciones cristianas al usar cruces y rosarios ...
Censura sensual
Okuni utilizaba bailarinas itinerantes. Sus espectáculos fueron dejando atrás el aspecto religioso para convertirse en un entretenimiento que combinaba danza y sensualidad. Guerreros, ciudadanos, artesanos y campesinos, todos acudían a ver a Okuni y su grupo, y los espectadores más ricos se quedaban con sus bailarinas favoritas después de la actuación. La prostitución y la diversidad social empezó a molestar a las autoridades que en 1629 decidieron prohibir permanentemente la presencia de mujeres en el escenario. Cuando las mujeres fueron sustituidas por chicos jóvenes, la situación no cambió sino hasta la llegada de verdaderos actores adultos lo cual permitió que el kabuki se convertiera en un arte dramático independiente.
La censura de las reformas en el período Meiji (1868-1912) intentaron convertir al kabuki en un entretenimiento respetable tal y como el como Noh. Pero los actores y escritores supieron conservar la esencia extravagante del kabuki. El especialista y crítico de teatro japonés Watanabe Tamotsu reconoce que "no tenemos explicación de qué permitió que las cuatro formas de teatro clásico japonés, Noh, Bunraku (teatro de marionetas), Kyogen (teatro cómico) y Kabuki, sobrevivieran en Japón en su forma tradicional, mientras que la tragedia griega o el teatro isabelino fracasaron en Europa".
Extravagancia ritualizada
El kabuki tiene un escenario muy particular. Este está equipado con una maquinaria compleja, una plataforma central giratoria y un hanamichi, una especie de pasarela que se extiende hasta la audiencia y que le permite a los actores hacer entradas majestuosas. Los personajes principales interpretan el mie, una pose dramática congelada que es el climax de la pieza. Como el Noh, el kabuki está altamente codificado. Los trajes, gestos, colores del maquillaje...todo está predeterminado. El repertorio es rico y variado y abarca comedia, drama, epopeyas históricas, historias de fantasmas e historias cotidianas.
Lo femenino
Los actores transmiten sus conocimientos de generación en generación y a menudo se especializan en un tipo de papel en específico. El más conocido y fascinante es el onnagata, un actor especializado en papeles femeninos. De ninguna manera se trata de una representación realista, sino de una visión idealizada de las mujeres. Bando Tamasaburo es el onnagata más célebre de las últimas décadas y sus espectáculos se presentan con regularidad en el extranjero.
Las obras de teatro japonesas tienen dos funciones diarias, una en la mañana y otra en la tarde. Es muy raro que una pieza se presente en su totalidad así que los programas suelen ofrecer sólo de uno a tres actos del repertorio clásico o moderno, alternando danza, drama y acción.
El kabuki es una experiencia extraordinaria que no debes perderte durante tu visita a Japón.