Sanzen-in 三千院
Un templo verde <br>
El pueblo de Ohara parece perdido en medio de los campos de arroz y las montañas. La vegetación rodea a este pueblo agrícola que esconde uno de los más bellos edificios religiosos de Kyoto: el Sanzen-in.
Situado a los pies del monte Hiei, este templo budista atrae a muchos visitantes deseosos de experimentar las estaciones en este hermoso lugar. Después de que uno sube una calle llena de tiendas de todo tipo, ventas de recuerdos y productos locales, una imponente puerta de madera marca la entrada al Sanzen-in: un escenario de serenidad y contemplación te están esperando.
Arte vegetal
Fue en 804 que el fundador de la secta esotérica Tendai, Saicho (767-822), creó el principal templo de Ohara. En estos 1200 años, la naturaleza ha tenido tiempo para apoderarse del los alrededores, donde hay dos maravilllosos jardines. Una vez que te hayas quitado los zapatos, ya puedes entrar al edificio y la belleza de estas antiguas habitaciones se despliegan para ti. Las obras de arte y maravillas arquitectónicas se muestran una tras otra en las diferentes salas hasta que se desemboca en el jardín interior. Te puedes sentar un momento a lo largo de los pasillos de madera para admirar el arte sin igual que se encuentra en este templo. Como metonimias de la naturaleza, el musgo, los árboles y las estatuas subliman los sentidos. Luego te vuelves a calzar los zapatos y esta vez vas al jardín al aire libre que acoje tus pasos. Un delicado musgo color esmeralda cubre el terreno desde el cual se asoman estatuillas de la divinidad Jizo, el protector de los niños.
A través de las estaciones
Si bien la nieve crea paisajes silenciosos de una virginidad impresionante, el otoño y sus luces doradas no tienen nada que envidiarle y es que en esta época es especialmente agradable caminar por el bosque, bajo las hojas rojas. Pero el sitio es también conocido por sus cerezos en flor. La vegetación revela un encanto completamente nuevo cuando recibe los cálidos aguaceros de la estación lluviosa.
En la capilla Ojo Gokuraku-in reposan las imágenes del buda Amida y sus dos acólitos, los bodhisattva Kannon y Seishi, deidades veneradas en el Sanzen-in. Este lugar es un paraíso de la naturaleza vigilado por los dioss.