Setsubun 節分
Habichuelas contra Demonios
Este festival de primavera (3 de febrero) es la oportunidad perfecta para ahuyentar los malos espíritus lanzando frijoles mágicos a los demonios. En Kyoto hasta las geishas participan en este famoso ritual.
El 3 de febrero, antes del inicio oficial de la primavera, los japoneses celebran el regreso de la temporada cálida con una verdadera "limpieza". Esta es una oportunidad para exorcizar los demonios que se han asentado durante el invierno. ¿Cómo? Participando del Mame Maki, que consiste en arrojar granos mientras se invoca con el dicho "Oni wa soto! Fuku wa uchi" (¡Fuera demonios! ¡Venga la buena suerte!).
Geishas y demonios
Muchos templos participan de las festividades y organizan eventos especiales. El santuario de Yasaka organiza la celebración más grande de la ciudad y las geishas se vuelven el centro de la fiesta. Los fieles queman amuletos y objetos personales en enormes hogueras mientras que los sacerdotes realizan un ritual de purificación.
El Kitano Tenman-gu y el Heian Jingu se especializan en comedia con sus presentaciones teatrales de Kyogen y danzas tradicionales. El Rozan-ji organiza una famosa danza de los demonios (Oni Odori) que se caracteriza por sus grotescos trajes y máscaras.
Si en Kyoto las geishas son el centro de la fiesta, en Tokio la costumbre es traer celebridades (políticos, luchadores de sumo, estrellas de la televisión) para el lanzamiento de los granos. Por su lado la ciudad de Nara celebra con un Setsubun luminoso.
Sushi de primavera
El 3 de febrero todo Japón lanza preciosos fukumame (granos de suerte) ... ¡y luego se los comen! La costumbre es ese día comerse tantos granos como años de edad tengas y tal vez un grano adicional para atraer salud y larga vida. En Tokio los granos se pueden comprar en todas partes pero la tienda Mamegen (en Azabujuban) los ha estado vendiendo desde 1865.
Otra tradición del Setsubun es comer mucho futomaki (un sushi largo envuelto en algas y con pescado crudo y verduras) bautizado ehômaki, mientras se mira en una dirección particular que se elige cada año para traer buena fortuna. Al final del día, se encienden hogueras en varias partes de la ciudad como símbolo de los últimos vestigios de un año que termina y testigo de un nuevo comienzo.