Shukkei-en 縮景園
Las flores de la memoria
El agua se desliza entre los peces, los niños corren descalzos sobre hierba, la brisa acaricia los árboles y el cabello de las mujeres. El clima es agradable y sereno. Nadie podría imaginarse que esta hermosa zona verde cerca del Museo de Arte de Hiroshima fue uno de los primeros testigos del indescriptible dolor de las víctimas de la bomba.
Construido en 1620 para el uso privado del samurai Asano Iwamatsu (1586-1632), el parque de Hiroshima se abrió al público en 1940. Su diseño imita el jardín Xi Hu en la ciudad china de Hangzhou. "Shukkei" literalmente significa "paisaje encogido", un ingenioso juego de perspectivas que permite replicar en miniatura la grandeza de los panoramas naturales.
Cada curva en el camino muestra una escenografía de vegetación diferente. Dos horas pueden pasar en un abrir y cerrar de ojos cuando uno se pasea por los manglares y bambú que rodean la laguna. Los empleados del parque disfrutan contándole a los visitantes historias del jardín (muchos hablan inglés).
El parque está localizado a tan sólo una docena de metros de la "zona cero", el punto de impacto de la bomba atómica. La explosión arrasó con su vegetación y sus valles y también aplanó las colinas. Una gran cantidad de residentes vivieron a refugiarse en este lugar que les era familiar pero que estaba irreconocible. Lamentablemente, muchos de ellos no sobrevivieron y fueron enterrados aquí.
La tragedia del pasado también sirve como símbolo de la belleza del renacer. El conocer la historia de este lugar hace que uno aprecie mucho más las parejas comiendo helado en la terraza del bar del parque o las tortugas tomando sol. Así uno comprende mejor que este jardín es un pequeño milagro.