Tatemae, el arte de ocultar los verdaderos pensamientos en Japón
El tatemae y su contrapartida, el honne, son dos conceptos que rigen la interacción social en Japón. Es un comportamiento que puede confundir a los occidentales y parecer hipócrita. Comprender el significado profundo del tatemae es esencial para entender mejor la cultura japonesa.
Tatemae y honne, dos caras de la misma moneda
Tatemae (建前), literalmente "fachada", se refiere a la actitud que adoptamos en sociedad, lo que mostramos a los demás. Por el contrario, honne (本音) se refiere a nuestros verdaderos sentimientos, pensamientos y opiniones, que guardamos para nosotros mismos. Esta dualidad entre ser y parecer existe en todas las culturas, pero adquiere una dimensión particular en Japón.
Dominar el tatemae se considera una virtud y un signo de madurez. Implica mostrar una actitud positiva y consensuada y evitar la confrontación directa, para preservar la armonía del grupo. La sinceridad se reserva para el círculo íntimo de la familia y los amigos. Dejar traslucir tus verdaderas emociones en público se considera una falta de autocontrol.
Los orígenes culturales del tatemae
Este predominio del tatemae puede explicarse por varios factores culturales e históricos. Japón es un archipiélago densamente poblado en el que siempre han sido necesarias la cooperación y la interdependencia. Mantener buenas relaciones y resolver los conflictos mediante el compromiso y no la confrontación es crucial.
El tatemae también tiene sus raíces en los valores confucianos y budistas que impregnan la cultura japonesa. Olvidarse de uno mismo en beneficio del grupo, respetar la jerarquía, la humildad y controlar las propias emociones son principios cardinales. Tatemae es la aplicación práctica de estos principios a las relaciones sociales.
Tatemae, una herramienta para la armonía social
Para los japoneses, el tatemae es un lubricante para las relaciones sociales. Te permite comunicarte con tacto, suavizar las aristas y evitar ofender a nadie. Ir directamente al grano expresando una opinión diferente o una negativa categórica se considera de mala educación. Se prefieren las formulaciones indirectas y con rodeos.
Por ejemplo, es habitual que los japoneses acepten una invitación por tatemae aunque no les apetezca. Negarse abiertamente sería una bofetada. Del mismo modo, las críticas se expresarán utilizando perífrasis eufemísticas como"es un poco difícil" en lugar de un "no" explícito. Este modo de comunicación requiere que leas entre líneas.
La división honne-tatemae en el corazón del arte japonés
Esta fascinante dualidad ha inspirado muchas obras literarias y cinematográficas. En las películas de Ozu, los diálogos en voz baja, las palabras no dichas y los silencios suelen hablar más alto que las palabras. En las películas de Kawabata, los personajes ocultan sus tormentos interiores tras una apariencia impasible.
El conflicto entre honne y giri (obligaciones sociales) es también un rasgo clásico del teatro y el cine. El protagonista se encuentra dividido entre sus deseos más profundos y su deber para con su familia o su señor. Este trágico dilema da lugar a escenas conmovedoras en las que finalmente se quitan las máscaras.
Los posibles excesos de una sociedad regida por el tatemae
Aunque el tatemae promueve un cierto orden, también puede convertirse en una opresiva camisa de fuerza. La presión social empuja a la gente a ajustarse a lo que los demás esperan. Expresar una opinión original o pensar fuera de la caja se hace difícil. Esto puede generar frustración y malestar, como ilustran los fenómenos del hikikomori y el karōshi.
Una sociedad tatemae también puede caer en la hipocresía y el formalismo. Las convenciones se convierten en un fin en sí mismas, y las apariencias priman sobre la realidad. La imagen que proyectamos es más importante que la sinceridad. Las tensiones y los problemas se enmascaran tras una fachada de normalidad, hasta que estallan.
Saber descifrar el tatemae, clave para comunicarse con los japoneses
Para los extranjeros, este método de comunicación suele ser fuente de malentendidos. Una invitación aceptada por cortesía pero sin intención real de seguirla, una objeción expresada con un educado silencio... son sutilezas que los occidentales, acostumbrados a más franqueza, no siempre captan.
Pero sería simplista considerarlo hipocresía o disimulo. El tatemae no es ni una mentira ni una máscara permanente. Es un sofisticado código social, profundamente arraigado en la cultura japonesa, que pretende facilitar las relaciones preservando la esfera íntima. Comprenderlo es esencial si quieres comunicarte con los japoneses de forma relajada.