Takayama Jinya 高山陣屋
Un hogar para gobernarlos a todos <br>
La zona de Takayama siempre ha tenido grandes riquezas: madera, minerales y metales preciosos. Sus recursos naturales han sido la envidia de otros durante décadas ...
En el centro de la ciudad se levanta una imponente puerta adornada con una telas de color púrpura. Un muro impenetrable rodea la propiedad lo que hace que los visitantes tengan que entrar para satisfacer su curiosidad.
Este sitio llamado Takayama Jinya es la antigua residencia del gobernador de la provincia (el daimyo). En 1692 el shogunato envió un representante a esta región de abundante riqueza. Su función era administrar la provincia impartiendo justicia y asegurándose de que el impuesto del arroz fuera recogido y almacenado en los graneros que estaban junto a la residencia. La aparición de este organismo de toma de decisiones impuso el poder del shogun en este valle cercano a Kioto, la antigua capital, logrando así el monopolio sobre los recursos de la zona de Hida. En su período más glorioso, el gobierno de Edo tenía sesenta Jinyas en todo el país, pero la de Takayama es la única que sigue en pie hoy en día.
Después de la restauración de Meiji en 1868 el edificio se convirtió en el centro de la administración de la prefectura, manteniendo un gran poder. Pero en 1969 el edificio fue clasificado y abierto al público, convirtiéndose en un museo dedicado a mostrar la vida típica de un daimyo del período Edo (1603-1868). Este sitio se puede explorar caminando con los pies descalzos por las salas con suelos de tatami y descubrir una época pasada a través de los muebles y los objetos de las exposiciones. Aquí están representados todos los aspectos de la vida del gobernador: cocina, sala de conferencias, salas de estar, sala de interrogatorio. Las puertas se abren a encantadores jardines miniatura que invitan a escaparse por un breve momento antes de continuar a la siguiente sala del museo. Durante tu visita, no dejes de observar los conejos negros, emblemas metálicos colocados por todos lados en la residencia, los cuales se usaban para tapar los clavos. El conejo es símbolo de un soberano benévolo pues sus largas orejas le permiten escuchar las necesidades del pueblo.
Este laberinto de habitaciones lleva a los almacenes que se utilizaban para almacenar los diferentes recursos consignados por el gobierno.
Todas las mañanas hay un mercado frente de la entrada del Takayama Jinya. La excusa perfecta para hacer algunas compras locales antes de una hermosa incursión en la historia.