Aoba Matsuri 青葉まつり
Un cumpleaños especial
¿Cómo logró un habitante de un pueblo en Shikoku elevarse al nivel de los más grandes hombres y además viajar a China? El Aoba Matsuri hace honor a la obra de este importante personaje del budismo japonés.
Saeki Mao (774-835) nació el 15 de junio y siempre tuvo ojos únicamente para la espiritualidad. Llegó a Nara para estudiar el confucianismo para luego emprender una carrera de servicio público. Luego se inició en el budismo esotérico y abandonó todos los otros estudios religiosos. A partir de ahí basó su concepción de la religión principalmente en la experiencia más ascética posible de la meditación.
Durante sus reflexiones contemplativas cambió su nombre a Kukai (cielo del mar) porque en una de sus meditaciones encontró el punto de unión entre estos dos elementos. Poco después abandonó el archipiélago para enriquecer su aprendizaje con el pensamiento budista chino y regresó a Japón con la intención de crear una nueva secta religiosa, la secta shingon.
En 816 obtuvo el permiso del emperador Saga para usar la tierra del Monte Koya como lugar sagrado originario del budismo shingon. Además de sus logros religiosos, Kukai, que recibió el título póstumo de Kobo Daishi ("Gran Maestro que difundió la enseñanza budista") en 921, a dejado un legado importante en la cultura japonesa, notablemente la fundación de la primera escuela para alumnos de todas las clases socioeconómicas y la escritura del primer diccionario japonés.
Honrar la grandeza
Desde 1778 los fieles de todo el archipiélago se reúnen el 15 de junio para celebrar las enseñanzas de Kukai. A las 9 de la mañana se lleva a cabo una ceremonia conmemorativa en el Daishi Kyokai, seguida de un concierto de música tradicional. A las 11:30 de la mañana se traslada el foco de la celebración al Kongobuji para una oración, o a Ichinohashi para iniciar un desfile al mediodía y reunirse en Kongobuji alrededor de las 2 de la tarde.
Para esta celebración se expone el Hanamido, un pequeño altar portátil que carga un niño Kukai y se pasea toda la tarde entre la multitud. La procesión va acompañada de bailes, cantos y percusión, creando un ambiente que es festivo pero también respetuoso.
Los habitantes que viene de la comarca natal del gran sabio la representan vistiendo hábitos blancos típico de peregrinos y caminan junto a los talentosos estudiantes de la ciudad que muestran sus bailes.
Cuando el cortejo llega al monasterio, el abad principal del budismo shingon de Koyasan da la bienvenida a la procesión con oraciones y deseos de buena suerte. Durante la mañana hay muchas actividades organizadas, como por ejemplo la ceremonia del té y una exposición de caligrafía, para la cual Kukai también tenía un gran don.
Este festival es una gran oportunidad para pasar el día explorando en profundidad la cultura local y entender la admiración hacia uno de los hombres más grandes de la historia de Japón.