Ebina カーヴ・ド・エビナ
¡Francia no es cualquier cosa!
Cuando llegas a la bodega, Ebina San estará feliz de ayudarte a elegir todas las botellas de vino que quieras durante tu estadía en Kyoto.
Con sus banderas francesas en el frente de la tienda, Ebina (カーヴドエビナ) ha estado degustando la bebida de los dioses desde 1843. Tal vez el Emperador vino a tomar unos sorbos antes de mudarse a Tokyo en 1868, la nueva capital ...
La gran mayoría de los vinos son de origen francés y los precios varían ampliamente, desde mil yenes por un vino de mesa para llevar a un picnic en el parque del Palacio Imperial que queda muy cerca, hasta el Romanée Conti 1986 que cuesta más de un millón de yenes.
Ebina San, que siempre da a probar sus últimos hallazgos, también ofrece un excelente sake. En esta tienda coexisten productos destacados tanto de los vinos franceses como de sakes japoneses para complacer tus sentidos con su fina calidad.