El shogunato, historia y legado de la dictadura militar de Japón
El shogunato fue un sistema de gobierno militar feudal que gobernó Japón durante varios siglos, entre el periodo Heian y la Restauración Meiji. Bajo la autoridad de un shogun, el general en jefe y verdadero gobernante del país, el shogunato tuvo un profundo efecto en la historia y la cultura japonesas. Descubre los distintos shogunatos que se sucedieron, su funcionamiento, su influencia y la huella que dejaron en las ciudades que fueron su sede de poder.
Los orígenes del shogunato: los primeros shogunes del periodo Heian
Originalmente, el término "shogun" se refería a un general responsable de dirigir la conquista y pacificación de la región de Tōhoku contra las poblaciones nativas emishi. El título completo de la época era " seii taishōgun ", que significa "gran general que pacificó a los bárbaros". El más famoso de estos shogunes fue Sakanoue no Tamuramaro, que también fundó el templo Kiyomizu-dera en Kioto. Una vez finalizada la conquista de Tōhoku, el título cayó en desuso.
No fue hasta los siglos XI y XII, cuando los samurai se convirtieron en la fuerza dominante del país, cuando surgió realmente el shogunato. En esta época, los guerreros a sueldo de los grandes terratenientes tomaron el poder sobre la corte aristocrática de Kioto. En 1185, impusieron su dictadura militar con la creación del primer "bakufu " (literalmente "gobierno de la tienda") en Kamakura por Minamoto no Yoritomo. Así nació un poder shogunal que duraría casi 700 años.
El Shogunato Kamakura, la primera dictadura militar (1192-1333)
Fundado por Minamoto no Yoritomo en 1192, el shogunato de Kamakura fue el primer gobierno militar feudal de Japón. Yoritomo recibió el título de shogun del emperador tras su victoria en la guerra civil entre su clan, los Minamoto, y los Taira. Estableció la aldea pesquera de Kamakura como capital política y militar del país.
Aunque este shogunato fue dominado rápidamente por el clan Hōjō, que monopolizó el cargo de regente(shikken), sentó las bases de un sistema feudal basado en el creciente poder de los señores provinciales(shūgo) en detrimento de la autoridad imperial. Éste fue el comienzo de la larga historia feudal de Japón.
Hoy, Kamakura es un encantador balneario popular entre los tokiota. Pero muchos restos dan testimonio de su pasado como capital de los shogunes, con no menos de 65 templos budistas. Entre los más importantes están los cinco grandes templos zen(gozan), incluido el Kenchō-ji, fundado en 1253. Y no te pierdas el santuario Tsurugaoka Hachiman-gū, símbolo del poder de la familia Minamoto.
El shogunato Ashikaga y su influencia cultural de Kioto (1336-1573)
Fundado en 1336 por Ashikaga Takauji, el shogunato Ashikaga se estableció en el distrito Muromachi de Kioto, de ahí su otro nombre de "shogunato Muromachi". Como sus shogunes estaban cerca de la corte imperial, este shogunato era más débil que los demás. Los señores feudales(daimyō) se hicieron cada vez más autónomos con el paso del tiempo.
Sin embargo, el periodo Muromachi fue una edad de oro cultural bajo el patrocinio de los shogunes Ashikaga. Kioto fue testigo del auge de muchas artes, como el teatro Nō, la ceremonia del té y la poesía. El budismo zen se extendió desde los templos del monte Hiei, y los jardines zen florecieron en la capital.
Hoy, la antigua capital imperial sigue fascinando a los visitantes con su encanto tradicional y los tesoros culturales heredados de aquella época. Visitar Kioto siguiendo los pasos de los shogunes Ashikaga es descubrir el refinamiento de la cultura clásica japonesa a través de lugares emblemáticos como el barrio de Gion, la Vía de la Filosofía y los pabellones de oro y plata.
El shogunato Tokugawa, apogeo y fin del régimen de los shogunes (1603-1868)
Fundado en 1603 por Tokugawa Ieyasu, uno de los tres unificadores del país a finales del siglo XVI, el shogunato Tokugawa marcó el apogeo del poder shogunal. Desde su capital, Edo (actual Tokio), los shogunes Tokugawa impusieron su autoridad absoluta sobre todo Japón durante más de 250 años.
Establecieron un sistema de castas muy estricto, con los samurai en la cima de la jerarquía social, y establecieron la paz interna controlando estrechamente a los señores feudales. En particular, los señores feudales estaban obligados a vivir en Edo cada dos años, dejando a sus familias como rehenes, en virtud del sistema de residencia alterna(sankin kōtai).
A pesar de su autoritarismo, el shogunato Tokugawa fue un periodo de gran prosperidad económica y cultural. Edo se transformó en una gigantesca metrópolis con una floreciente cultura burguesa. Visitar Edo siguiendo los pasos de los Tokugawa es sumergirse en la edad de oro de la civilización japonesa, con sus teatros kabuki, distritos de placer, grabados y refinada artesanía.
El shogunato Tokugawa llegó a su fin con la llegada de los occidentales a mediados del siglo XIX y la restauración del poder imperial en 1868. Pero su legado sigue siendo visible, ya sea en el mausoleo de la dinastía shogun, el Nikkō Tōshō-gū, o en los antiguos distritos Edo de Tokio.
La organización y el funcionamiento del sistema del shogunato
El shogunato era un sistema feudal y militar dirigido por el shogun, jefe supremo de los samuráis. El shogun gobernaba con el apoyo de los señores feudales(daimyō), a los que concedía feudos a cambio de su lealtad. Los samurai, guerreros profesionales al servicio de los daimyō, eran la columna vertebral del régimen.
En la cúspide estaba el shogun, que ostentaba poderes militares, políticos y judiciales, al tiempo que reconocía simbólicamente la soberanía del emperador. Le asistía un consejo de ancianos(rōjū) formado por poderosos daimyō. Un complejo sistema de administraciones paralelas entre los feudos y el gobierno central permitía al shogun controlar el país.
El shogunato estableció una sociedad de castas muy jerarquizada y rígida, con los samurai en la cúspide, seguidos de los campesinos, artesanos y comerciantes. Cada grupo tenía un estatus, unos derechos y unos deberes bien definidos. Esta organización duró hasta el final del periodo Edo.
En términos económicos, el shogunato controlaba el comercio exterior desde el puerto de Nagasaki, que era el único abierto a los barcos extranjeros (chinos y holandeses) durante el periodo en que el país estaba cerrado(sakoku). También monopolizaba la acuñación de moneda y recaudaba impuestos sobre la producción agrícola.
El legado del shogunato en las antiguas capitales del shogunato
Las tres capitales del shogunato, Kamakura, Kioto y Edo (Tokio), han conservado muchas huellas de su prestigioso pasado:
- En Kamakura, los vestigios del shogunato Minamoto se concentran en los 65 templos budistas de la ciudad, con el santuario Tsurugaoka Hachiman-gū como símbolo del poder guerrero de la época.
- En Kioto, el refinamiento de la cultura Ashikaga aún es palpable en los jardines zen, las ceremonias del té y las representaciones de Nō. El Kinkaku-ji (pabellón dorado) y el Ginkaku-ji (pabellón plateado) son dos joyas de la arquitectura Muromachi.
- En Tokio, la herencia Tokugawa impregna la topografía de la ciudad, con el emplazamiento del Castillo de Edo, actual Palacio Imperial, y los antiguos distritos mercantil y del placer. Tampoco te pierdas el mausoleo de los shogunes en Nikkō.
Visitar los santuarios del shogunato hoy: consejos y cómo llegar
Para revivir la historia de los shogunes, aquí tienes algunos consejos prácticos:
- Kamakura es fácilmente accesible en tren desde Tokio (menos de 1 hora). Los principales lugares de interés se concentran al este de la estación. Planea pasar allí al menos un día.
- Kioto se visita mejor en varios días. Elige los distritos orientales (Gion, Higashiyama) para el periodo Muromachi. Recuerda reservar tu alojamiento con antelación.
- En Tokio, el parque Edo-Tokio y los museos ofrecen la oportunidad de sumergirse en la atmósfera de la era Tokugawa. Los monumentos conmemorativos de Nikkō son fácilmente accesibles en tren desde la capital.
La historia del shogunato es fascinante y una visita obligada si quieres comprender el Japón de ayer y de hoy. Visitando las antiguas capitales del shogunato, podrás experimentar todo el poder y el refinamiento de este largo periodo que dio forma a la civilización japonesa. ¡Disfruta de tu viaje en el tiempo!