El salaryman, pilar de la sociedad japonesa
Figura emblemática del Japón moderno, el salaryman es algo más que un simple empleado: es un auténtico estilo de vida dedicado en cuerpo y alma a su empresa. Conozcamos mejor a estos hombres dispuestos a dedicar su vida al trabajo, a veces en detrimento de su vida personal. Exploraremos las principales características de los salarymen, su lugar en la sociedad japonesa y la evolución reciente de este modelo tradicional. Sin más preámbulos, sumerjámonos en el fascinante mundo de estos esforzados trabajadores.
¿Qué es un salaryman?
En Japón, el término "salaryman" se refiere a los empleados y directivos masculinos de las grandes empresas, reconocibles por sus atemporales trajes oscuros y corbatas. Contratados directamente en la universidad, están destinados a pasar toda su carrera en la misma empresa, con ascensos basados en la antigüedad. A cambio de una lealtad sin fisuras y un compromiso total, la empresa tradicionalmente les garantiza un puesto de trabajo de por vida, en un sistema casi paternalista. De este modo, el salaryman se dedica por entero a su empresa, que es el centro de su vida social.
Un día típico en la vida de un salaryman
La jornada de un salaryman está jalonada por larguísimas horas de trabajo, a menudo más de 12 horas diarias. Tras un atestado viaje en tren, suele comenzar con una reunión matutina (chōrei) para motivar a las tropas. Le siguen horas en la oficina, intercaladas con una breve pausa para comer, a menudo delante del ordenador. Por la tarde, está mal visto salir antes que tu jefe. Por tanto, los salarymen vuelven a casa muy tarde, a veces después de medianoche, con poco tiempo para pasar con sus familias. Y la jornada suele terminar con una salida nocturna obligatoria con los colegas, nomikai, con una copa tras otra en un izakaya lleno de humo.
La importancia del trabajo en la cultura japonesa
En Japón, la valía de un individuo se mide sobre todo por su trabajo y su empresa. Por ello, el estatus de salaryman es muy valorado socialmente, visto como garantía de estabilidad y éxito. Sin embargo, tras la superficie, este estilo de vida implica grandes sacrificios: poco tiempo para uno mismo y su familia, largas jornadas y presión constante. Pero en esta sociedad comunitaria, la lealtad y la abnegación son valores cardinales, y es difícil para un salaryman romper con este modelo o arriesgarse a ser marginado.
Problemas asociados al exceso de trabajo: karōshi y agotamiento
La otra cara de la moneda es el estrés crónico y el exceso de trabajo que afectan a muchos salarymen. Son frecuentes los casos de depresión y agotamiento, causados por la presión constante y la falta de descanso. A veces, el fenómeno incluso da un giro dramático, con muertes por agotamiento, conocidas como"karōshi". Cada año, cientos de salarymen mueren de infartos o derrames cerebrales relacionados con el exceso de trabajo. El gobierno intenta responder limitando las horas extraordinarias, pero las actitudes están cambiando lentamente.
Inemuri, el arte de la micro-siesta en el trabajo
Para seguir el ritmo frenético del trabajo, los salarymen japoneses han desarrollado el arte delinemuri: la micro-siesta. En la oficina o en el transporte público, es habitual ver a empleados dormitando unos minutos, recuperándose como pueden. Lejos de ser visto negativamente, dormirse en el trabajo se considera una prueba de compromiso total. A veces, las empresas incluso instalan áreas de descanso u hoteles-cápsula para que sus empleados puedan dormir unas horas in situ, ahorrándoles desplazamientos innecesarios. Es una forma de reconocer la inversión de sus empleados, al tiempo que mantienen su productividad.
Nomikai, fiestas después del trabajo para que los compañeros se relajen
A pesar de estar cansado, es imposible para un salaryman evitar el "nomikai", esas veladas con los colegas en las que se bebe hasta tener sed. Más que un momento de relajación, estas fiestas de borrachera desempeñan un papel esencial en la cohesión del equipo y las relaciones jerárquicas. Con el alcohol, las lenguas se sueltan, la gente intercambia más libremente con sus superiores, forjando lazos de una forma que sería impensable en la oficina. Los salarymen necesitan asistir regularmente a los nomikai para encajar y progresar dentro de la empresa, aunque ello suponga dejar atrás a sus familias. Veladas que a menudo acaban tarde por la noche, con los compañeros dormidos en el metro.
La evolución del modelo de salaryman entre las generaciones más jóvenes
Aunque el salaryman sigue siendo una figura central en Japón, su imagen y atractivo están cambiando entre las generaciones más jóvenes. Menos atraídos por la perspectiva de una carrera lineal y una dedicación total a la empresa, cada vez más jóvenes licenciados aspiran a más libertad y equilibrio. Ya no dudan en cambiar de empleador para desarrollar su potencial, o incluso en crear su propia empresa. Las mujeres también reclaman su lugar en el mercado laboral. Ante el envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra, las empresas japonesas tienen que adaptarse. Empiezan a ofrecer condiciones más flexibles para atraer talentos, con teletrabajo y permisos familiares. Lenta pero inexorablemente, el modelo de salaryman se está transformando para adaptarse mejor a las aspiraciones de las nuevas generaciones.