Otonamaki, la terapia del "envoltorio para adultos

Otonamaki, una forma japonesa de terapia: "envolver al adulto"

Otonamaki, una forma japonesa de terapia: "envolver al adulto"

Otonamaki, que en español se traduce aproximadamente como "envoltura para adultos", es una terapia japonesa peculiar y algo controvertida que ha despertado interés en todo el mundo. Es un método terapéutico para aliviar la rigidez muscular y corregir la postura.

Esta práctica consiste en envolver a los adultos en grandes franjas de tela o material elástico, similar a los pañales de los bebés, y dejarlos amablemente durante unos minutos mientras los músculos se relajan a medida que las personas se sienten más y más cómodas, con el objetivo de aliviar el estrés y la tensión muscular. Aunque a algunos les pueda parecer inusual, el otonamaki ha ganado popularidad en Japón y plantea cuestiones intrigantes sobre la tradición, el bienestar y la expresión cultural.

Es probable que haya leído sobre esta extraña práctica de relajación en las noticias: ganó popularidad en parte debido a la cobertura mediática y al atractivo de experimentar algo novedoso. Se trata, en efecto, de una nueva y extraña forma de bienestar en Japón. Ya sabemos que los japoneses son aficionados a los masajes de todo tipo: Shiatsu, masaje tailandés, acupuntura, quiropráctica, etc., el otonamaki es la siguiente tendencia. Aún no es una terapia generalizada ni siquiera en Japón, pero sin duda tiene un aspecto interesante.

 

Los orígenes de Otonamaki

Los orígenes del otonamaki siguen siendo en parte un misterio. Según algunos informes, podría haberse desarrollado a partir de las técnicas tradicionales japonesas de atadura destinadas a tranquilizar y reconfortar a los bebés. Sin embargo, su evolución como terapia para adultos se remonta a principios de la década de 2000, por lo que su transformación es bastante reciente.

El otonamaki ha ganado popularidad hasta el punto de que varios centros de salud fuera de Japón ofrecen ahora servicios similares al otonamaki. Sus orígenes en las técnicas convencionales de envolver a los bebés han dado lugar a una estrategia de vanguardia para aliviar el estrés y relajar a los adultos, y ha suscitado tanto interés como escepticismo.

De hecho, el otonamaki sirve como recordatorio del variado y siempre cambiante panorama de las prácticas de bienestar en todo el mundo, independientemente de si uno lo ve como un enfoque terapéutico válido o como una curiosidad estrafalaria. Otonamaki constituye un capítulo distinto y desconcertante de esta saga continua en la que seguimos explorando las fronteras de la tradición, la creatividad y la experiencia humana.

 

Recrear la sensación de estar dentro del vientre materno

Durante una sesión de otonamaki, se suele pasar unos 15 o 20 minutos tumbado en una esterilla o futón, con los brazos cruzados sobre el pecho y las rodillas dobladas sobre el torso, mientras se está completamente cubierto de pies a cabeza con una tela elástica y transpirable. La idea es imitar el entorno seguro del útero, que se cree que favorece la relajación y alivia el estrés mental y emocional.

Mientras recuerdas cómo era ser un bebé, nuestra anfitriona utilizará telas de distintos colores que colocará encima de ti para recrear distintas atmósferas de luz y relajar tanto tu mente como tu cuerpo. El objetivo final es mejorar la flexibilidad de la columna vertebral. Como todos sabemos, cuando somos jóvenes nuestra columna vertebral es muy flexible, pero a medida que envejecemos pierde su flexibilidad y la práctica del envolvimiento otonamaki te ayuda a recuperar un poco de esta flexibilidad original. Te sentirás con energía y cómodo de nuevo en tu cuerpo.

Los defensores del otonamaki afirman que esta práctica tiene una serie de ventajas, como una mejor postura, reducción del estrés, mejor sueño y alivio del dolor crónico. Sostienen que la experiencia de estar firmemente envuelto en un abrazo similar a un capullo puede fomentar una sensación de seguridad y atención, ayudando a las personas a restablecer el contacto con su yo interior y a desconectar del mundo exterior.

 

Reserve su sesión de otonamaki un viaje en tren desde el centro de Tokio

Su instructora de otonamaki le recibirá en su estudio de Saitama, en las afueras de Tokio, a unos 30 minutos de la estación de Ikebukuro, en la línea Yamanote.

La actividad tiene lugar todos los martes por la mañana durante algo más de una hora. Durante el transcurso de la actividad, no sólo le envolverán en la tela otonamaki, sino que también le harán fotos del antes y el después para comparar las imágenes y ver cómo ha mejorado su espalda, su cuello y la flexibilidad de su columna vertebral.

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